The Clergy Letter - from American Christian clergy translated in Spanish
Una carta abierta tratando de la religión y la ciencia
Dentro de la comunidad creyente del cristianismo, hay disputas y desacuerdos, incluyendo la manera apropiada de interpretar la Sagrada Escritura. Aunque prácticamente todos los cristianos toman la Biblia en serio y sostienen que es la autoridad de asuntos de fe y práctica, la mayoría no lee la Biblia literalmente tanto como si fuera un libro científico. Muchas de las historias queridas de la Biblia – la Creación, Adán y Eva, Noé y la Arca Sagrada – imparten las verdades intemporales acerca de Dios, los seres humanos y la relación apropiada entre el Creador y la creación, expresadas en la única forma capaz de transmitir estas verdades de una generación a la próxima. La verdad religiosa se encuentra dentro de una clase diferente de la verdad científica. El propósito de la verdad religiosa no es comunicar información científica sino transformar lo que hay dentro de nuestros corazones.
Nosotros, los suscritos, los cleros cristianos de tradiciones diversas, creemos que las verdades intemporales de la Biblia y los descubrimientos de la ciencia moderna pueden coexistir cómodamente. Creemos que la teoría de evolución es una verdad científica fundamental, una que se ha defendido contra los escrutinios rigurosos, y la cual forma la base de la mayor parte de los conocimientos y logros humanos. Refutar esta verdad o tratarla como “una teoría entre varias” es aceptar ignorancia científica deliberadamente y transmitir tal ignorancia a nuestros hijos. Creemos que dentro de los regalos buenos de Dios, existen mentes capaces de pensamientos críticos y la falta de usar estos regalos es un rechazamiento de la voluntad del Nuestro Creador. Discutir que el plan tierno de Dios de salvación para la humanidad excluye la utilización de las facultades de razón que Dios nos dio es una intención a limitar a Dios, un acto de arrogancia. Urgimos que los miembros del conjunto directivo escolar preserven la integridad del currículo científico, afirmando que la enseñanza de la teoría de evolución es un componente central de los conocimientos humanos. Pedimos que la ciencia siga siendo la ciencia y que la religión siga siendo la religión, que sean dos formas muy diferentes, pero complementarias, de la verdad.